sábado, 7 de agosto de 2021

En una tarde de verano

Hacía muchos meses que no me daba por escribir por aquí. Me doy cuenta que ha pasado justo un año desde que lo hice por última vez, fue para presentaros mis “Canciones en Pijama”, el álbum que grabé justo durante las semanas del confinamiento. Habrá quienes piensen que un año como éste es mucho más que doce meses, otros dirán lo contrario. Yo pienso en los que nos han dejado por causa de la maldita pandemia, o por otras causas, y me siento entre los afortunados que podemos seguir contándolo, pese a estar dentro de lo que se cita como “grupo de riesgo”; en mi caso por cosa y causa de la edad que acredito, pues, por fortuna, no tengo afección alguna que quebrante mi salud, salvo esas pequeñas costuras que inevitablemente se van descosiendo por el uso.

 

Justo apuraba un refrescante café con hielo y me dio por pensar que a veces la vida se nos muestra amable. Relajado, mientras escucho una música suave en el pequeño jardín de mi nueva casa, bajo la temperatura perfecta de una tarde apacible de verano, me ha dado por pensar que, pese a las desdichas por las que atraviesa la industria cultural y en especial la música, pese a que sigo añorando las giras, los escenarios, y todo aquello que me ha reportado tantos momentos gratos en mi vida, sería injusto si dejara de afirmar que para mí este ha sido un buen año. 

 

Después de años de incertidumbre, al final las piezas se han colocado en su sitio. El destino ha querido hacer justicia y diluir la angustia. No voy a contar aquí las razones de un desasosiego que se ha prolongado por más de diez años y que he decidido olvidar. Solo deseo compartir la paz que hoy me rodea. Miro a los míos y les veo bien. Su felicidad forma parte de la mía. Pronto, en cuestión de un par de semanas, nacerá Ariel, mi tercer nieto. Estoy deseando ver su carita… y la de sus padres primerizos. 

 

Cualquiera puede hacerse una idea de lo que es desarmar una casa tras veinticinco años en ella, pero ya no es lo que necesitábamos. La vendimos. El caso es que volver a colocar cada cosa en su sitio dentro de un nuevo espacio, ha sido una tarea que nos ha ocupado meses. Al final, si lo piensas, son buenas las mudanzas para eliminar peso superfluo. Se hace necesario alguna vez aligerar equipaje. Si algo no lo has precisado en los últimos veinte años, lo más probable es que no lo precisarás nunca. Fuera, al punto limpio. Ahora, por fin, el orden reina, y no solo en la casa, también en mi mente. 

 

Monté un nuevo estudio y ya he empezado a utilizarlo. Es un espacio más pequeño que el que ocupaba el anterior pero igual de confortable y, si se me apura, diría que en éste me suena todo mucho mejor. Espero pronto entregaros alguna novedad. Por supuesto que sí. 

 

Por el lado literario deciros que tengo muy avanzado “Llegado Hasta Aquí” un libro que interrumpí por causa de la mudanza pero que he retomado con ganas. Pronto quedará concluido. Espero que cuando se publiqué tengáis intención de leerlo. Ya lo comentaremos más adelante. 

 

Asfalto anuncio su gira por el 50º aniversario el pasado invierno. Es nuestra intención visitar cuantos más escenarios posibles. Lo cierto es que este año sigue siendo poco propicio. Las limitaciones siguen estando presentes. Esperemos que esta situación cambie y regresemos pronto a esa normalidad tan deseada por todos. Igual, y esto es cierto, creo que el show que presentamos es de lo más espectacular que jamás hayamos hecho. Una pena que os lo perdierais. 

 

Por concluir, queda claro que no he perdido la energía y que la ilusión la mantengo intacta. Ojalá siga siendo así por mucho tiempo. Me dicen que visito poco las redes sociales, no les falta razón, tal vez debiera hacerlo más, pero es de entender que me cueste hablar de nada. 

 

Saludos, 

3 comentarios:

Ángel Vallenilla dijo...

Lo más grande que puede atesorar un ser humano es su capacidad para sentirse bien con uno mismo, y eso, querido Julio, hace mucho tiempo que lo conseguiste. No haces sino recoger el karma que siembras. Esperando, sin prisa, pero con muchas ganas, poder volver a verte y a disfrutarte subido a un escenario. Un abrazo.

Ángel Vallenilla.

Agustín dijo...

Seguimos asfaltando nuestra vida. Gracias Julio por como eres. Espero y confío nos mantengamos así de lozanos. Estamos como empezando los 70, y eso tiene mucho mérito .��
Recuerdos de Camposoto.��

Francisco Serrano dijo...

Nada. Hablar de nada. Nada que decir, ya lo contaste en esa canción. Saludos murcianos, deseando ver de nuevo a Asfalto.