Se cumplen 38 años de aquel 20 de octubre de 1978. Puede que
la fecha no represente gran cosa para la mayoría pero, para todos los que un
día apostamos por hacer rock cantado en español, pienso que algo debiera
significar. Aquella tarde gris oscura de otoño londinense, por primera vez
actuaba una banda española en el corazón de la capital del Reino Unido. Un
hito, públicamente relativo, pues de alguna manera la noticia pasó más que
desapercibida en España y, por supuesto, no fue noticia ninguna en el país que acogía el concierto.
Cuando a eso de las 8 de la tarde, nos subimos al escenario del Marquee, en pleno Soho londinense, tuve
dos sensaciones encontradas; por un lado pensé que mis pies pisaban las mismas
tablas que antes habían pisado los más grandes del rock; por otro un poso de
tristeza: ya que, el que tal vez por entonces era el grupo de rock español más
significado, se veía entrando en Inglaterra por la puerta de atrás como simple
telonero de una banda de punk (Bram Tchaikovsky). Un público, en su mayoría español, se acercó a
escucharnos.
Sería absurdo que me hubiera esperado otra cosa ya que tenía claro dónde estábamos, pese a mis veintitantos. Cuando terminó el concierto
sólo deseaba que las fotos hubieran quedado bien. Jamás regresamos y, si lo
hiciéramos algún día, espero que sea con otro tipo de dignidad pues, de no ser
así, un servidor preferiría quedarse en casa.
Para terminar, decir que hace algo más de un año tuve la
ocasión de conocer personalmente a un músico, mito de mi adolescencia. Hablo de
Enrique Lozano. Puede que a casi nadie le diga nada este nombre pero os puedo
decir que él, formando parte de su banda Los
Iberos , fue el primer grupo
de pop español en girar por Inglaterra. Hablo de algo así como 1962/63/64… no
más. Es justo reconocer este nombre como el de los realmente pioneros en
emprender la “british adventure”.